Centro Cívico

El solar está en el límite entre la ciudad y la periferia. Hacer desaparecer el edificio de este lugar, llevarlo a otra parte, fue el movimiento que le dio forma.

Algo así como una gran puerta por donde la luz sale de la sala hacia la calle. El edificio pertenece a esta calle lejana en su punto final. La sala está en ella y no en la parcela. Esta sala es la base del proyecto. Colocarla, definiendo sus límites, nos da la geometría del proyecto.

Las otras piezas la cubren, formando una estructura en la que una viga de celosía y una jácena de perfiles compuestos, conectados por un pilar metálico, constituyen la unidad estructural que, soportando las sucesivas plantas, construye el techo de la sala.

Y junto a la ventana, una puerta de acceso a las zonas de juego, donde las piezas forman ya un edificio protegido, lejano.

Las rampas hacen accesible la terraza desde el jardín. Y el edificio vuelve a ser muros y sombras. Las rampas, sin embargo, no guían nuestro movimiento, sino que dan forma al edificio. Forman parte de una red compleja.