Facultad de Educación de la Universidad de Alicante

Queremos aprovechar las ventajas que ofrece el buen clima de Alicante. Hemos intentado ofrecer una propuesta en la que los exteriores sean continuidad y complemento de los interiores. El edificio se dobla acogiendo y englobando espacios exteriores, sin cerrarlos enteramente, que se pueden entender como la continuación de los corredores de las aulas.

Una parte muy importante de la vida universitaria se desarrolla en los encuentros generados en los pasillos, que consideramos espacios principales y no meramente de circulación. Por eso en el nuevo edificio son generosos y articulados, pudiendo estar abiertos en verano, con buena circulación de aire. Se abren hacia el jardín, estableciendo una buena relación con este, sobre todo con buen tiempo, cuando el cerramiento corredero de cristal desaparece y estos espacios se convierten en terrazas-mirador.

Buscamos la simplicidad en los materiales. Los pilares apantallados de hormigón se convierten en fachada en muros inclinados, dándole dinamismo al edificio y un grado más de arropamiento al jardín. Las fachadas más soleadas, que coinciden también con las más urbanas, se protegen con un brise-soleil de prefabricado de hormigón. La cubierta de zinc tiene unos cortes longitudinales para permitir la ventilación e iluminación de los pequeños despachos, que situamos siempre bajo la cubierta.