Museo y Parque Temático Barryland

El proyecto busca conectar el perro San Bernard con el paisaje histórico donde se desarrolló su raza, creando un clima bucólico y no tanto arquitectónico.
El programa se desarrolla como un recorrido en que el parque de los perros y las montañas se perciben sin ninguna clase de obstáculos. Siempre tendremos las nuevas edificaciones y los servicios terciarios a nuestras espaldas, las viejas construcciones acotaran nuestra mirada que estará siempre encarada hacia las montañas.

Queremos formar una unidad con la antiguo edifico del arsenal; que nuestra actuación sea para fomentar su valor. No hemos querido jugar al contraste entre lo nuevo y lo viejo, sino todo lo contrario; unirlo y dialogar con él. La cubierta del viejo edificio es lo que nos ha dado las pautas para el desarrollo del proyecto.
Un ritmo de cubiertas a dos aguas, que nos recuerda las siluetas de los pueblos de montaña de los alrededores, cubre las distintas edificaciones donde ubicamos las atracciones del programa. Entre ellas diseñamos una galería cubierta y abierta hacia las vistas de montañas, pero, a la vez, protegida de los vientos por un gran muro que, junto con el juego de cubiertas, da unidad al nuevo Barryland. Buscamos un diálogo constante entre el perfil de los tejados inclinados y las montañas.

Utilizamos principalmente dos materiales del lugar: madera y piedra que, siguiendo un juego plástico, buscamos evocar de una manera contemporánea, la vida sencilla y campestre del cantón.

Desde la lejanía, el nuevo museo se percibe como un gran edificio que forma un todo armonioso con su entorno. Hemos querido darle al museo el carácter noble y amable que la raza San bernardo representa.