Polideportivo y Piscina al Aire Libre

Dos viejas edificaciones en las afueras de un pueblo del interior de la Costa Azul. Una parcela muy alargada, un programa muy concreto y una clara voluntad de anclarnos en el lugar.

Mouans-Sartoux tiene un casco antiguo bien definido y un entorno formado por casas y jardines. Entre pueblo y pueblo, zonas agrícolas y algún que otro invernadero. En nuestra parcela, a las afueras, se levantan dos edificios de piedra que nos sugirieron derribar. El programa incluía una pista de entrenamiento, una piscina al aire libre y una residencia para deportistas.

La propuesta nace con una doble voluntad: una, no querer ser un volumen excesivamente compacto surgido de la aplicación directa de las reglas de un polideportivo; y otra, derivada de la primera, anclarse al lugar y entremezclarse con los alrededores.

Así, las primeras líneas del proyecto surgieron de la asociación de la forma alargada de la parcela con las líneas longitudinales de los campos arados y los invernaderos que salpican el paisaje.

Decidimos dejar uno de los viejos edificios como un eslabón de conexión con el entorno.

Desplegamos el resto del programa libremente en el solar, envolviendo la pista.
El movimiento sinuoso de los muros conduce la mirada desde la carretera hacia la piscina posterior.

Independiente del resto, con su propia estructura y líneas que marcan su dimensión mayor, la nueva cubierta se solapa con la cubierta del edificio antiguo.

Queremos que desde el interior la cubierta se entienda como un cielo continuo. Era importante evitar cambios bruscos al cubrir la luz de la pista. Por ello, cambiamos la dirección de la estructura mediante la simple colocación de unos elementos de unión, tanto en la parte superior como en la inferior, obteniendo así unas grandes jácenas que trabajan en perpendicular.